El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de la vía aérea en la cual participan diversas células y mediadores celulares. La inflamación crónica está asociada a un aumento en la hiperreactividad de la vía aérea que conduce a los episodios recurrentes de sibilancias, falta de aire, opresión torácica, tos y expectoración, particularmente en la noche o temprano en la mañana. Estos episodios se asocian generalmente a la obstrucción generalizada pero variable en el flujo aéreo que es frecuentemente reversible espontáneamente o con tratamiento.
Actualmente se estima que hay 300 millones de asmáticos en el mundo, en México hay entre 5 y 10 millones aproximadamente, aunque hay muy pocos estudios epidemiológicos y los que hay se han hecho en algunos estados de la República Mexicana pero no en todos. El asma es frecuentemente subdiagnosticada y es por eso que se cree que hay muchos más asmáticos de lo que se ha reportado. La urbanización se ha relacionado con la prevalencia de asma, actualmente la urbanización es de 45% y se espera que para el 2025 aumente al 59%, con lo que es probable que para entonces haya 100 millones más de asmáticos. Se gastan aproximadamente 5.8 billones por asma en el mundo, la mayoría de estos gastos son por tratar las exacerbaciones, los gastos por pacientes controlados son mucho menores. Una de cada 250 muertes es por asma y al año mueren por asma 250,000 personas.
En el 2004 se publicó un documento de la Iniciativa Global para el Asma (GINA por sus siglas en inglés) llamado “The Global Burden of Asthma” La carga global del asma en el cual se dio a conocer la incidencia y mortalidad del asma en la mayoría de los países. México fue reportado en el lugar 68 en prevalencia y en lugar 14 de mortalidad, lo cual nos indica que México no tiene una prevalencia tan alta como otros países pero si tiene una mortalidad alta. Esto puede deberse a varios factores, primero, existe una falta de diagnóstico de la enfermedad, y si la enfermedad no es diagnosticada entonces tampoco puede ser tratada de forma adecuada; segundo, a pesar de que existen guías para la prevención, diagnóstico, tratamiento y control de la enfermedad muchos médicos no se apegan a ellas y no dan el tratamiento adecuado a los pacientes; tercero, es muy importante para el control de la enfermedad la educación del paciente para que sepa cómo prevenir las exacerbaciones de su enfermedad, como detectar cuando no está bien controlado y acudir a tiempo al médico para evitar las crisis asmáticas; cuarto, es muy importante el apego al tratamiento ya que debe ser a largo plazo, incluso si el paciente se encuentra asintomático.
EPIDEMIOLOGÍA
Es estudio ISAAC es uno de los más importantes en prevalencia de asma, el cual se hizo en niños de 6 a 7 años y/o adolescentes de 13-14 años en muchos países, en el estudio se ha visto países con baja prevalencia fueron Albania, Austria, Bélgica, Estonia, Etiopía, Indonesia entre otros y los países con mayor prevalencia Australia, Costa Rica y Nueva Zelanda, Reino Unido, Perú, Oman y Singapur, llegando a 28.2% de prevalencia. En México también se llevo a cabo el estudio ISAAC en varias ciudades, encontrando gran variabilidad:
Fuente: Consenso Mexicano de Asma 2005. Neumología y Cirugía de Tórax Vol. 64(S1):S7-S44, 200.
El promedio de prevalencia en este grupo de edad fue de 8.5%.
Los factores del paciente que influyen en el desarrollo del asma son:
Genéticos, se hereda una tendencia a la atopia y/o hiperreactividad bronquial.
Obesidad, es un estado inflamatorio sistémico y se ha demostrado que es un factor de riesgo para desarrollar asma.
Género, más frecuente en la infancia en niños con una relación de 2:1, sin embargo después de la adolescencia es más frecuente en mujeres. La mayoría de los asmáticos se diagnostican en la infancia.
Los factores ambientales que influyen en el desarrollo del asma son: alérgenos (ácaros, pólenes, hongos, levaduras, mascotas, moho, infecciones, etc.), humo de tabaco, contaminación, dieta, factores ocupacionales, entre otros.
Los factores que influyen en las exacerbaciones de asma son los alérgenos, infecciones respiratorias, cambios ambientales, alimentos, medicinas, emociones fuertes, contaminación, ejercicio.
Actualmente se ha clasificado el asma por nivel de control, y de acuerdo al nivel de control se establece el tratamiento y se va modificando si es necesario. El tratamiento En la mayoría de los casos se logra usando un adecuado tratamiento y evitando los factores de riesgo. Sin embargo el asma puede tener varias comorbilidades, la más frecuente es la Rinitis Alérgica y Rinosinusitis, seguida por la Enfermedad por Reflujo Gasrtoesofágico, obesidad, apnea obstructiva del sueño, tromboembolismo pulmonar, insuficiencia cardiaca.
Tratamiento
El tratamiento se basa en antiinflamatorios dentro de los cuales los mejores son los corticoesteroides inhalados y los broncodilatadores, los cuales pueden ser de acción corta o prolongada.
La vía de administración inhalada es la preferida para el tratamiento del asma ya que se pueden administrar grandes concentraciones de medicamento eficazmente con pocos o nulos efectos secundarios.
Los medicamentos en aerosol se pueden administrar en Inhaladores de Dosis Medida (IDM), Inhaladores de Polvo Seco (IPS) y a través de nebulizadores. La elección del sistemas fármaco-dispositivo es muy importante ya que de eso depende el depósito del medicamento y por lo tanto su efectividad.
Se ha demostrado que la inflamación en el asma es mayor en la vía aérea periférica por lo que los medicamentos antiinflamatorios deben llegar a esta zona para poder controlar la enfermedad.
Los Inhaladores de Polvo Seco (IPS) tienen un tamaño de partícula mayor al de los IDM y se depositan principalmente en la zona central del pulmón y en la orofaringe.
Los Inhaladores de Dosis Medida (IDM) tienen un tamaño de partícula menor, para su adecuada aplicación se recomienda usar una aerocámara con la cual se aumenta el depósito pulmonar periférico y central del medicamento, se evita casi por completo el depósito en orofaringe, no se requiere coordinar el disparo con la inhalación y se disminuyen los efectos secundarios.
Los nebulizadores son utilizados principalmente en las exacerbaciones o crisis de los pacientes.
El manejo de la Crisis Asmática consiste en identificar la gravedad de la exacerbación, a través de la Historia Clínica (antecedentes, síntomas y exploración física), la Saturación arterial de Oxígeno (Oximetría), la Función Pulmonar (Espirometría o Flujometría), en base a esto se decide el tratamiento que puede incluir: Oxígeno suplementario, broncodilatadores inhalados, antiinflamatorios esteroideos inhalados y sistémicos.
Es muy importante que los pacientes conozcan su enfermedad, identifiquen los factores de riesgo y desencadenantes de la enfermedad y lleven una adecuada monitorización la cual se puede llevar a cabo con un Flujómetro que es un dispositivo portátil y fácil de usar que permite saber si las vías respiratorias están abiertas u obstruidas, en muchos casos detecta las exacerbaciones antes que el paciente detecte los síntomas, lo que permite prevenir exacerbaciones.