En los últimos años los vapes, o cigarros electrónicos, han tenido un gran auge, pues se comercializan como una versión “más segura” del tabaquismo o como alternativa a los cigarros de tabaco convencionales.
Sin embargo, los cigarros electrónicos contienen y emiten múltiples sustancias tóxicas y ponen a sus consumidores y a los que los rodean en mayor riesgo de desarrollar múltiples trastornos graves de la salud, como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).
Según un estudio realizado por la Universidad de Carolina del Norte, sustancias como el propilenglicol y la glicerina vegetal —ambos componentes principales de los vapes— causan daño en los tejidos pulmonares al momento de inhalarlos.
Asimismo, componentes como el acetaldehído, la acroleína y el formaldehído, también presentes en los cigarros electrónicos, pueden causar ataques de asma, cáncer en los pulmones, y deterioro en la actividad cerebral y la memoria.
Este estudio también demostró que los consumidores que alternan tabaco convencional con cigarros electrónicos tienen 1.3 veces mayor probabilidad de complicaciones en la salud pulmonar, a diferencia de aquellos que solo consumen uno de los dos productos.
Hasta ahora no se sabe al cien por ciento el impacto del uso de cigarros electrónicos en la salud pulmonar, aunque la evidencia emergente indica que el vapeo tiene un impacto negativo en esta y es probable que aumente el riesgo de varias enfermedades pulmonares
Fuente:
https://www.apepoc.es/actualidad/392-salud-pulmonar-y-vapeo?jjj=1651526909436
